Porno en la playa, una fantasía hecha realidad

Para muchos, la playa es uno de los lugares más felices de la Tierra. Da igual si es de arena fina y aguas cristalinas, o incluso si es una pequeña cala rocosa donde apenas hay gente. La tranquilidad de tirarnos en la toalla y sentir el aire fresco, el olor a salitre, escuchando el sonido de las olas… Es como un bálsamo para el alma, una solución a muchos problemas, o al menos una forma de buscar la paz mental que tanto necesitamos en estos días. La playa no es solo un lugar de ocio y esparcimiento, puede ser actualmente uno de los pocos sitios donde uno tiene permitido no hacer nada, y seguir estando bien visto. Tanto si vamos a la playa para tumbarnos a leer y quedarnos así toda la tarde, como si nuestra misión es hacer deportes intensos como el surf o el paddle surf, tendremos total libertad de hacer lo que queramos. Nadie nos va a juzgar ni nos mirará mal en la playa. Es un sitio en el que además podemos ir con poca ropa, ya que está permitido, sin que nadie nos llame la atención. De hecho, cada vez hay más playas y calas nudistas, donde lo raro es ir con ropa encima. La sensación de libertad que aporta el nudismo es algo que muchos ya han podido experimentar en sus propias carnes, y han quedado fascinados. Es un estilo de vida cada vez más común que no tiene nada que ver con el morbo o lo sexual, sino con el simple hecho de ir más cómodo sin ropa encima.

Eso no quita que las situaciones morbosas sean habituales en las playas, nudistas o textiles. Y es que hay algo en nuestro interior que nos hace ponernos mucho más cachondos en este tipo de lugares. Será por el calor, por la poca ropa que llevan todos encima o por cualquier otro motivo, pero la fantasíade hacerlo en la playa es muy común. Y el porno, como buen sublimador de esos sueños eróticos, se ha hecho cargo de esta fantasía en muchísimas ocasiones.   H2: Uno de los lugares públicos más morbosos Hacerlo en un lugar público es seguramente una de las fantasías más repetidas tanto en hombres como en mujeres. Hay un morbo muy especial en eso de tener sexo en un lugar donde puedes ser pillado por cualquiera, ya sea un parque, el probador de una tienda o la propia playa. Además, en este último lugar siempre hay un ambiente mucho más liberal, más excitante, al estar rodeados de personas con muy poca ropa encima. Si nos vamos a las playas nudistas, esto se vuelve incluso más habitual. El morbo de estar en tu toalla, con tu pareja, y empezar a besaros y acariciaros sabiendo que hay otras personas muy cerca que os van a ver puede ser tremendamente excitante. De ahí que la playa se haya convertido en un lugar común a la hora de planificar una escena porno.  

Escenas rodadas en la playa

Si vamos a la base de todo, la principal función de la pornografía es precisamente crear momentos e imágenes excitantes que puedan prender la llama del deseo del espectador. Lo consiguen de diversas formas, pero una de las más habituales es crear toda una fantasía que concuerde con los deseos morbosos de quien ve la escena. Es, en realidad, un recurso que se alimenta a sí mismo. ¿De dónde vienen nuestras fantasías sexuales? En muchos casos, del porno, que a su vez toma esas fantasías ya convertidas en sueños eróticos de los espectadores para darle una nueva vuelta de tuerca. Las escenas simbolizan esos deseos por cumplir, y las que tienen lugar en la playa han sido muy  populares desde siempre, al estar presentes ya en los inicios de la industria. Rodar en la playa no es sencillo, como no lo es ningún exterior en realidad.

Sin embargo, es esa sensación de naturalidad lo que hace que ese tipo de rodajes valgan la pena. Se salen de lo habitual, se puede utilizar la luz natural, incluso la del atardecer en ciertas condiciones, para un acabado mucho más profesional. Además, el morbo de la situación se traslada a la propia escena, haciéndola mucho más excitante. Las grandes productoras tienen incluso series completas dedicadas a escenas porno en la playa, filmadas en gran calidad, o de forma amateur. Las situaciones que se pueden dar en un lugar como este son casi infinitas, así que es un buen recurso para aquellos que buscan hacer algo original. El erotismo del sexo en la playa queda más patente que nunca en este tipo de escenas.  

Calas nudistas y cámaras ocultas

También hay un tipo de pornomucho más amateur que se basa en las situaciones sensuales en la playa para rodar escenas cámara en mano. Desde parejas que acuden a calas nudistas semidesiertas para tener sexo en la arena, hasta aquellos que acuden a estos lugares con cámaras ocultas, para filmar a los demás. Esto puede llegar a ser un tema peliagudo, ya que a pesar de que la playa es un lugar público, filmar a alguien desnudo puede ser considerado delito si nos lucramos con esas imágenes. Es por eso que la mayoría de escenas de supuesta cámara oculta están más que planeadas, una pequeña mentira que el espectador deja pasar, por entrar dentro de la fantasía.

La naturalidad de los actores también tiene mucho que ver en este sentido para que todo fluya de la mejor forma posible. Las escenas en calas nudistas también son muy habituales, especialmente cuando aparecen espontáneos que se unen al sexo, ya sea participando o solo mirando. De todos es sabido que las calas nudistas siempre están rodeadas de voyeurs, normalmente hombres de avanzada edad que aprovechan estos lugares para tener su ración de morbo en vivo. A veces se topan con este tipo de escenas, y es como si les tocase la lotería, aunque en la mayor parte de las grabaciones no se les permite participar. El morbo de estar en una playa sabiendo que hay gente mirando lo que hacemos puede llegar a ser tremendamente excitante. El porno aprovecha esto para buscar conectar con el deseo más primigenio del espectador. Cuanto más natural sea la escena, mejor.  

¿Es realmente cómodo el sexo en la playa?

Como fantasía común, tener sexo en la playa es una de esas experiencias que muchos han querido probar, para ver si era tan excitante como parecía. La mayoría, sin embargo, se han llevado un gran chasco al entregarse a la pasión en la playa, ya que suele ser algo bastante incómodo.

La arena se nos cuela por todos lados, y está bastante dura cuando nos tendemos sobre ella para tener sexo. La comodidad brilla por su ausencia, pero al final lo estamos haciendo allí no por estar cómodos, sino por ser un lugar tremendamente excitante. Eso sí, el glamour que se ve en muchas escenas porno rodadas en la playa se pierde casi por completo al natural.